El movimiento ciudadano de los indignados en el mundo refleja el desencanto que día a día produce la desigualdad que las cúpulas políticas y los grandes conglomerados económicos provocan en las personas más humildes. Eso es algo que debe cambiar y que nos movilice por alcanzar mayores espacios de participación social.
Esto no va a cambiar por sí sólo, ya que la historia nos muestra como No se han respetado nuestros derechos como ciudadanos, consumidores y habitantes del planeta.
Estoy apoyando el movimiento indignados y la asamblea constituyente porque tengo la profunda convicción que tenemos la oportunidad de transformar la desigualdad en oportunidad, la injusticia en justicia social, y la tristeza en felicidad…
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